Hotel Saratoga: arte, sabor y relax en el corazón de Palma de Mallorca esta primavera

La primavera es el momento perfecto para una escapada que combine ciudad, playa y cultura. Palma de Mallorca, con su clima suave y su vibrante oferta cultural, se consolida como uno de los destinos más atractivos de la temporada. Y el Hotel Saratoga, con más de sesenta años de historia, se presenta como el refugio ideal para quienes buscan algo más que un alojamiento.

Ubicación privilegiada

Situado frente al Paseo Mallorca, a escasos metros del casco antiguo, del puerto y de los principales museos, el Hotel Saratoga ofrece un equilibrio excelente entre confort, estilo y ubicación.

Con 180 habitaciones y suites decoradas en tonos suaves y materiales naturales, tres piscinas (una en la azotea solo para adultos con vistas panorámicas a la Catedral) y una zona wellness que incluye gimnasio, sauna y piscina climatizada, este hotel se adapta tanto a quienes quieren desconectar como a los que prefieren aprovechar cada minuto.

Cultura a pie de calle: arte contemporáneo en Es Baluard

Uno de los grandes atractivos que puedes disfrutar sin apenas desplazarte de Saratoga es el Museo Es Baluard, situado a solo dos minutos andando del hotel. Este museo, el más importante de arte contemporáneo en Baleares, acoge una colección excepcional que va desde el modernismo hasta las corrientes actuales, con artistas locales e internacionales. Gracias a un acuerdo exclusivo, los huéspedes del Saratoga pueden acceder de forma gratuita, lo que convierte este plan en un imprescindible para quienes disfrutan del arte y la historia de la isla.

L’Àtic: sabores mallorquines y gastronomía de altura 

La primavera también se saborea, y en el Hotel Saratoga eso se traduce en propuestas que reinterpretan la tradición. El chef Juan Pinel, al frente del restaurante L’Àtic, presenta «Evolución», un menú degustación que recoge el alma del producto mallorquín y la eleva con influencias del sudeste asiático. La experiencia comienza en la séptima planta del hotel, con vistas privilegiadas sobre Palma y la Catedral, y se despliega en una sucesión de platos que hablan de técnica, memoria y viaje: snacks como el saam de anguila con tamarindo o el buñuelo de ternera y queso mahonés; un escabeche de serviola con chips de ajo; una burballa mallorquina reinterpretada con coco, citronela y carabinero a la brasa; y postres que sorprenden como el limón con dátil y coco o el trampantojo de arroz con leche. Una propuesta llena de matices, tan precisa como emotiva, que se disfruta con los cinco sentidos.

Planes con encanto e identidad local

Durante tu estancia en Palma, desde el propio hotel puedes acceder a experiencias que van más allá de la habitación:

Visita a una bodega con historia
A menos de 30 minutos de la ciudad, la Bodega Ribas, fundada en 1711, abre sus puertas para una experiencia enológica completa. Se trata de la bodega más antigua de la isla, y conserva todo el encanto de su arquitectura original. La visita incluye una explicación sobre el cultivo de variedades autóctonas como la manto negro o la prensal blanc, seguida de una cata de vinos acompañada por productos de la tierra: aceite virgen extra, pan moreno, flor de sal, quesos baleares, jamón ibérico, almendras y más. Ideal para una mañana tranquila en contacto con la Mallorca más rural. Precio orientativo: 47 €/persona.

Relax urbano con spa y masaje
Si prefieres aprovechar tu tiempo en la ciudad para desconectar, el propio hotel ofrece una experiencia de bienestar que incluye sauna, jacuzzi, zona de aguas y un masaje de 30 minutos. Una forma excelente de cerrar el día tras recorrer las callejuelas del centro o volver de la playa.

Precio aproximado: 47  euros por persona.

El espíritu de la primavera, versión mallorquina

Lejos de las multitudes del verano, la primavera permite descubrir Palma con otra perspectiva: sin prisas, con temperaturas suaves y con una oferta cultural y gastronómica en plena forma. El Hotel Saratoga reúne todos los ingredientes para una escapada completa, tanto si viajas en pareja como si lo haces solo o con amigos.

Este alojamiento histórico, que debe su nombre al portaaviones estadounidense USS Saratoga (frecuente visitante del puerto de Palma en los años 60), ha sabido reinventarse sin perder su carácter. Hoy, más de seis décadas después, sigue siendo sinónimo de calidad, buen gusto y hospitalidad.