viernes , 15 noviembre 2024

CONSEJOS PARA INICIARSE EN LA MEDITACIÓN

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La meditación es una práctica milenaria que aporta muchos beneficios a nivel físico, emocional y mental. ¿Quieres iniciarte en esta práctica? Guadalupe Quevedo, licenciada en Filosofía, instructora experta en Yoga y Meditación y colaboradora de la app Maestrik ofrece una lista de consejos sencillos y valiosos para que tengas los mejores resultados en tu práctica.

 

Considera practicar meditación sin expectativas y sin sobre esforzarte.

Hemos escuchado que meditar es difícil y que no hemos podido meditar porque tenemos muchos pensamientos, esta creencia puede llevar a tener expectativas de acallar la mente desde el primer intento de meditar y llevarte a esforzarte en no pensar y conseguir lo contrario. Así que lo mejor es que llegues a tu práctica de meditación con una actitud abierta, entendiendo que vas a empezar un proceso y que todo lo que pase por tu mente es parte de él, no te agarras a un pensamiento, solo lo dejas pasar.

Elige una técnica de meditación.

Hay muchos métodos para meditar, cada persona puede sentirse más cómoda con una técnica determinada, por ejemplo, hay meditaciones que ponen como punto de enfoque la respiración, otros la visualización, otros mantras, yantras, entre otras herramientas para meditar. El enfoque en la respiración es uno de los que más se utilizan en occidente.

Halla tu postura y tu lugar.

Elige un lugar cómodo, donde puedas estar a solas, sin interrupciones o ruidos excesivos. El espacio debe estar limpio y contar con un cojín para meditar o con una silla, eligiendo siempre lo que resulte más cómodo y estable para que puedas mantener tu columna vertebral alargada y la espalda recta.

Si optas por una silla, deja que tus pies toquen el piso completamente, que se queden al ancho de tus caderas, tu espalda en lo posible no recostada en el espaldar y los isquiones, bien firmes sobre la silla, las manos pueden descansar sobre las rodillas con un mudra si lo deseas.

El cojín te permite sentarte en el piso con las caderas un poco más altas que las rodillas y proyectar la columna vertebral hacia el cielo, las piernas están cruzadas, de forma fácil, en medio loto, o loto completo, de acuerdo a tus posibilidades.  Las manos pueden estar sobre el regazo, en los muslos con las palmas hacia arriba o haciendo algún mudra que desees practicar.

En lo posible disponte a meditar con ropa cómoda y con el estómago vacío, come por lo menos una hora y media antes.

Si tienes tiempo también te sugerimos realizar algunos estiramientos sencillos o movimientos del cuerpo que te permitan estar más relajado y libre de tensiones para sentarte a meditar.

La respiración, clave en todo el proceso.

Como te comentábamos, hay muchos tipos de meditación y cada uno tiene sus herramientas. Así que de acuerdo al tipo de meditación que hayas elegido, la respiración puede ser el punto de enfoque o una herramienta clave para entrar en meditación.

La respiración te permite enfocar la mente, traerla al presente, puede que lleguen pensamientos, no los sigues, solo los observas, es decir, te haces consciente de que pasaron y vuelves la atención a tu respiración.  La respiración te permite también mantener erguida tu espalda, no forzada, sino de manera más natural al hacerte consciente de tu respiración.

Sin importar la técnica de meditación que hayas elegido, tomarte un momento para realizar respiraciones profundas te ayuda a centrarte, a calmar tu mente y a enfocarte en tu punto de atención para meditar.

Cada método tiene sus herramientas, como sugerencias varias, para empezar, te proponemos inhalar y exhalar por la nariz, empiezas con una inhalación amplia y una exhalación lenta, así paulatinamente tu respiración se va haciendo más suave, también sugerimos cerrar los ojos y llevar la mirada interna al entrecejo, puede haber otros puntos de enfoque. Si los cerraste, al final de tu meditación lentamente vas saliendo y abres suavemente los ojos.

En la medida en que más practiques, irás encontrando qué es lo mejor para ti.

Márcate un horario

Si bien es importante que para empezar a cultivar esta práctica tengas unos horarios establecidos en los que vas a realizar tus prácticas, recuerda siempre que lo más importante es practicar todos los días, un periodo largo a la semana no es lo mismo que periodos cortos todos los días.  Empieza con pocos minutos al día y en la medida en que te vayas sintiendo más cómodo y a gusto, vas alargando tus tiempos de meditación.

Puedes empezar meditando 15 minutos al día o varias veces al día, e ir progresivamente aumentando este tiempo.

Por otro lado, olvídate de alarmas, en su lugar, emplea una música relajante y natural que te permita ir desconectando paulatinamente.

Haz de la meditación una práctica constante, un hábito.

Practicando con constancia muy pronto vas a empezar a disminuir los niveles de estrés, a calmar tu mente, aumentará tu concentración y memoria, dormirás mejor, y te sentirás con más energía.  Cada día será más fácil entrenar tu mente para estar en el aquí y el ahora, en atención plena en todas tus actividades. Así que elige un método de meditación que se ajuste a tus necesidades y gustos o prueba con la atención plena en la respiración y empieza ya.

 

 

 

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