Con estas comidas se asocia el consumo de bebidas alcohólicas: vino, cerveza, champán, sidra y bebidas de alta graduación. No vamos a decir que no hay que beberlas, pero sí que es conveniente moderar mucho su consumo. No deja de ser alcohol, que lo único que aporta son calorías y, además, deshidrata. Si un día, como Nochevieja, hemos bebido un exceso de alcohol, al día siguiente tenemos resaca. Para sobrellevarla mejor, no dejes de beber agua para rehidratar tu organismo. Otras bebidas que solemos abusar y que suelen dar con más permisividad a los niños son los refrescos. Son bebidas cargadas de azúcar y sin interés nutricionalmente hablando y, además, deshidratan. Tomar un refresco no quiere decir nada pero tampoco es conveniente abusar de ellos.