MONTES DE GALICIA SE REINVENTA MANTENIENDO SU ESENCIA

3 diciembre, 201587

Desde hace casi veinte años no es necesario salir de Madrid para disfrutar de los mejores sabores gallegos. El restaurante Montes de Galicia es uno de los mayores referentes de la cocina gallega en la Capital de España desde 1997, año en el que fue inaugurado. Ahora, además, se reinventa para ofrecer experiencias gastronómicas completas en un escenario más moderno y acogedor. El establecimiento de la calle Azcona estrena imagen tras una profunda reforma que ha cambiado por completo la decoración y ha reinventado su cocina sin perder su esencia. Picoteo informal en la barra con vinos de prestigio, gran variedad de recetas clásicas y modernas, coctelería de autor… son algunos de los ingredientes que hacen de este lugar ideal para disfrutar de una velada deliciosa en cualquier compañía y a cualquier hora del día.

Cocina vasco-gallega con toques creativos y vanguardistas

En el apartado gastronómico, continúa la tradición vasco-gallega, que se actualiza con nuevas técnicas de elaboración como la baja temperatura y la fusión de texturas e ingredientes, que aporta un toque creativo y más vanguardista a platos que se renuevan sin perder sus raíces.

Al frente de los fogones se encuentra su propietario, el chef José Espasandín, de origen gallego y con una formación muy vinculada a la cocina vasca. De ahí que sus creaciones aúnen lo mejor de ambas regiones.

Espasandín aporta a la Carta un toque personal a platos que, partiendo del producto de mercado y de recetas tradicionales vascas y sobre todo gallegas elaboradas con técnicas de vanguardia, se actualizan sin perder sus raíces. La calidad del y el respeto al sabor original de la materia prima siguen siendo la referencia.

Bacalao en costra de mayonesa de su pil-pil, sobre cama de espinacas con piñones y pasas o Costillas de cerdo melosas con jalea de Bourbon y crema de manzana son algunas de las sorpresas que nos esperan en su Carta. Todo ello regado con los vinos de su amplia bodega, en la que cuentan con más de 100 referencias internacionales.

Solomillo de vaca con patata asada, cherry confitado y mantequilla de hierbas_Montes de Galicia (2) — Solomillo de vaca con patata asada, cherry confitado y mantequilla de hierbas.

Bacalao a baja temperatura en costra de alioli_Montes de Galicia (2) — Bacalao a baja temperatura en costra de alioli.

Tarta de queso gallego con confitura casera de fruta de la pasión y mango_Montes de Galicia — Tarta de queso gallego con confitura casera de fruta de la pasión y mango.

Coctelería de autor

La coctelería tiene un apartado destacado en Montes de Galicia. A cócteles clásicos como el daiquiri, el mojito, el margarita o el whisky sour, se unen elaboraciones propias, en muchos casos inspirados en Galicia.

El Bosque Gallego (con orujo blanco, licor de cassis, mermelada de arándanos, sirope de azúcar y zumos de arándanos y de lima) o El Jardín de Rosalía (orujo de hierbas, licor de melón, zumo de manzana, zumo de lima y sirope de romero) son algunas de las creaciones que se inspiran en el campo y el mar gallegos.

Otros cócteles contemporáneos como el Don Jose-Luis (con mezcal, licor de mango, zumo de lima, zumo de arándanos, sirope spicy mango) o El Diablo (tequila reposado, licor de cassis, zumo de lima y ginger beer) fusionan la coctelería clásica con otras como la mexicana.

Cóctel Strawberry Mint Fizz_Montes de Galicia — Cóctel Strawberry Mint Fizz

Un asombroso cambio de imagen

La renovación del espacio ha sido llevada a cabo por el estudio de interiorismo Denys&von Arend. La idea siempre fue que este restaurante gallego siguiera siendo un restaurante gallego. Una absoluta y sorprendente transformación del espacio manteniendo la esencia y el espíritu de Galicia, pero al mismo tiempo ubicándolo en pleno S. XXI y en el centro de Madrid, una ciudad en movimiento y que avanza imparablemente.

Un local urbano y cosmopolita donde se mezclan la tradición a través de elementos decorativos sutiles como la cerámica en blancos y azules, los patios ajardinados que aportan profundidad y luz de día al espacio y unas grandes estanterías donde todo está a la vista, tipo mercado o colmado, nos transportan irremediablemente al norte de España.

Por otro lado, los negros, grises y dorados acompañados por una iluminación muy cuidada y detalles perfectamente pensados que convierten el local en un espacio sofisticado y cosmopolita donde comer o poder tomarse una copa en un lugar distinto a lo que te puedas encontrar en la ciudad.

La entrada principal separa claramente la zona bar y la zona restaurante. Fue requerimiento de los propietarios que el restaurante estuviera separado en distintas zonas, generando rincones íntimos que al mismo tiempo fueran espacios móviles y se pudieran adaptar a las diferentes tipologías de grupos.