El próximo domingo 29 de junio, la sala de conciertos Cadillac Solitario de Madrid se transformará en un escenario insólito: el de un festival medieval cargado de diversión, simpatía y optimismo. “El Embrujo Alegre”, una propuesta del animador y dinamizador Juan Manuel Cubero Castillo, más conocido como El Optimista Provocador, promete ser mucho más que una cita lúdica: se trata de una experiencia transformadora.
Bajo una cuidada ambientación medieval y con una fórmula que combina música, bailes, juegos en grupo y dinámicas de desarrollo personal, este festival invita a sus participantes a redescubrir cuatro valores esenciales: valentía, compromiso, cortesía y conexión. No se trata solo de pasarlo bien —que también—, sino de reconectar con uno mismo y con los demás, desde la alegría y el buen humor.
Pensado especialmente para un público adulto entre los 35 y los 70 años, el evento busca responder a una necesidad cada vez más extendida: la de cuidarse emocionalmente en una etapa de la vida marcada por las responsabilidades, el estrés y la sensación de que el tiempo se escapa. A través de actividades diseñadas para despertar la risa, liberar tensiones y fomentar vínculos, el festival tiene como objetivo ayudar a desactivar estados como el desánimo, la apatía, la tristeza, la angustia y la soledad —lo que su creador ha denominado con las siglas D.A.T.A.S.—.
Entretenimiento emocional
“El Embrujo Alegre” se presenta como un viaje simbólico desde la angustia hacia la ilusión, guiado por la simpatía y la diversión. No es casual que esté liderado por Cubero Castillo, un profesional con más de 25 años de experiencia en el mundo del entretenimiento emocional. Formado como payaso y facilitador de risoterapia, ha convertido la simpatía en una herramienta de crecimiento personal, y ha desarrollado proyectos como Factoría de la Simpatía y el Club del Optimista, centrados en promover el autocuidado y las actitudes positivas.
La cita tendrá lugar de 11:00 a 14:00 horas en la calle Fermín Caballero, 6 (posterior), con fácil acceso desde Renfe (Ramón y Cajal) y Metro (Herrera Oria). Tres horas para volver a sentirse vivo, recuperar la risa y descubrir —o redescubrir— que el optimismo también se entrena.
Más información en: www.eloptimistaprovocador.com