lunes , 2 diciembre 2024

Seis experiencias para vivir tu verano más exclusivo en el lago del castillo de Brindos

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Arranca el verano y desde un rincón verde del País Vasco Francés, a las afueras de Biarritz, el castillo de Brindos ofrece infinitas posibilidades para vivir una temporada estival única y diferente junto a uno de los lagos privados más grandes de Francia. Con la llegada del buen tiempo, este exclusivo espacio natural se convierte en el protagonista de todas las experiencias, desde dormir admirando sus vistas, incluso desde el mismo lago, o hacer paddle surf, a disfrutar de un masaje en una cabina flotante.

1.Dormir en un castillo o sobre un lago

En este emplazamiento único, el castillo de Brindos y cada una de sus 29 habitaciones son el alojamiento perfecto para gozar del histórico edificio y contemplar las bellas vistas del lago. Las acogedoras estancias ofrecen cómodas y modernas instalaciones entre mobiliario original, que ha sido conservado y restaurado, en una unión perfecta entre el sello del grupo Millésime y la esencia del País Vasco. Otra experiencia es la que brindan los 10 logdes flotantes sobre el lago. Habitaciones independientes, accesibles solo a través unas pequeñas barcas eléctricas, que cuentan con todo el confort para disfrutar de dormir y despertarse en plena naturaleza.

Photographed by Gaelle Le Boulicaut

 

2.Desayunar en una exclusiva chocolatería con unas impresionantes vistas

El chocolate forma parte importante de la historia de la región y su elaboración se ha convertido en un arte. Gracias a la colaboración con el famoso chocolate de Bayona, Cazenave, los huéspedes encontrarán en la chocolatería un amplio menú para desayunar o deleitarse con un brunch, en el que además de ofrecer desde galletas bañadas en chocolate a bollos, cookies o bizcochos, también hay opciones saladas. Uno de los productos imprescindibles es el chocolate caliente espumoso, perfecto para tomarlo mientras se admiran las imponentes vistas sobre el lago.

Photographed by Gaelle Le Boulicaut

3.Relajarse o practicar deporte al aire libre

Con la llegada del buen tiempo, nada mejor que aprovechar los días soleados para hacer deporte y mejor si es en plena naturaleza. El lago del castillo de Brindos es ideal para aprender paddle surf o recorrer el entorno en canoa hawaiana. También la piscina exterior, que abre en verano, acoge actividades como aquagym y el hotel ofrece también otras propuestas para cuidar cuerpo y mente al aire libre, con opciones como senderismo, meditación o baile.

 

4.Tomar el aperitivo con música en directo en el muelle del lago

El Pontón del lago es uno de los espacios gastronómicos de Brindos. Situado en el muelle, es el lugar perfecto para degustar unas tapas o cócteles junto al lago y, para ello, no es necesario ser huésped del hotel. Además, los jueves y viernes de los meses de julio y agosto, la música en directo ameniza la velada al ritmo de jazz, pop, folk… Otros rincones culinarios del hotel para disfrutar de un picoteo informal son La Piscine, que ofrece platos veganos y sin gluten; Le Salón, donde priman las tapas creativas y las raciones; y Le Bar, un auténtico bar escocés donde probar desde cocteles clásicos a originales creaciones.

Photographed by Gaelle Le Boulicaut

5.Probar la exquisita cocina vasca en un restaurante panorámico

En un acogedor ambiente y con unas vistas de 180º al lago, el restaurante del castillo sumerge al huésped en la más pura tradición vasca, combinada con un toque de innovación. La carta se compone de los mejores productos tanto de España como de Francia con platos como jamón ibérico de pata negra cortado a cuchillo, terrinas y pâtés en croûte, espárragos a la brasa, cordero de los Pirineos… El toque dulce que deleita el paladar de los más golosos lo ponen el pastel de chocolate y cítricos, dulces vascos o el postre estrella, ‘baba au rhum’, un bizcocho borracho de ron, servido con el relleno y licor a elegir.

 

6.Darse un masaje en una cabina flotante

Brindos cuenta también con un espacio de spa y bienestar, que bajo el nombre de éc(h)o está dividido en dos zonas, por un lado, en el interior del castillo, ocupando el antiguo espacio destinado a seminarios, donde además de varias cabinas de tratamiento hay cuatro piscinas privadas y un hamman. Por otro lado, la experiencia del spa se extiende hasta el espectacular lago, desde donde también se puede disfrutar de tratamientos exclusivos, pero rodeados de naturaleza, gracias a dos cabinas flotantes. Un lugar único donde darse un masaje individual o en pareja.

 

 

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