Desde que se separó de Ashton Kutcher, Demi Moore no levanta cabeza. Como muchos recordarán, tras la ruptura, la actriz sufrió una importante crisis de ansiedad que le llevó a permanecer unos días ingresada en un centro hospitalario. Pues bien, las penas nunca vienen solas…
Parece ser que ahora Demi no se habla con sus hijas. Rumer, Scout y Tallulah, nacidas de su matrimonio con Bruce Willis, no quieren tener ningún tipo de relación con ella. El motivo, según informan fuentes cercanas a la actriz, no es otro que la prohibición que Demi les ha impuesto de ver a Ashton. Las tres jóvenes mantienen una extraordinaria relación con el ex de su madre y no están dispuestas a asumir tales órdenes. Esto ha causado un conflicto que podría hacer peligrar de nuevo la estabilidad emocional de Moore. Amigos de la estrella de Hollywood temen que pueda volver a vivir una crisis personal parecida a la anterior si sus hijas insisten en no tener ningún tipo de relación con ella.