El párroco de Las Herencias (Toledo) tiene que acudir tres días a la semana a la pedanía de El Membrillo distante 12 kilómetros. Pero cuando se le pide su presencia para una misa funeral el cura se traslada en taxi cuya factura pasa al feligrés que ha requerido su presencia (60 euros ida y vuelta).
Por ese motivo los vecinos se han dirigido al Arzobispado de Toledo para que le otorguen al sacerdote un vehículo particular aunque el cura no muestra interés en que eso ocurra ya que dice no aceptarlo por su voto de pobreza.